Un Viaje en México

Recuerdo cuando yo tenía como quince o dieciséis años, en el verano mi familia y yo salimos de vacaciones como cada año, pero esa vez, mis papás decidieron que en lugar de pasar una semana en la playa haríamos un recorrido por varias ciudades del centro de México, le llamaron “La Ruta Histórica” porque, viajando por carretera, visitaríamos lugares en donde se dieron acontecimientos históricos de la independencia de México; y así lo hicimos.

Papá y mamá estaban convencidos de que sería un gran viaje, mis dos hermanos y yo no estábamos muy seguros de eso, pero igual aceptamos y la verdad, la pasamos muy bien.

Visitamos Querétaro, es una ciudad muy pintoresca, con arquitectura colonial y un clima delicioso (siendo nosotros de Monterrey, en donde tenemos veranos muy calurosos, el clima de Querétaro me pareció bastante agradable). Algunas de las cosas que más me llamaron la atención fue “el acueducto” que se construyó en el siglo XVIII para llevar agua a la ciudad, actualmente es un atractivo turístico. 

Conocimos la ciudad de Dolores Hidalgo, en donde vendían nieves (helados) de sabores que yo nunca había probado, como la nieve sabor aguacate; me sorprendió lo bien que sabía. También tenían nieve de cerveza, mole, camarón y muchas cosas más, ¡era increíble!

La ciudad de Guanajuato también me gustó mucho: sus calles, la gente, el museo de las momias, la música, la comida, todo el ambiente en general; es una combinación de cultura, fiesta y gastronomía. Las iglesias y edificios tienen un gran valor histórico y arquitectónico.

Finalmente, después de caminar mucho, conocer iglesias, plazas y museos, pasamos unos días muy tranquilos en la playa de Nuevo Vallarta. Pudimos descansar, nadar, comer y platicar de las anécdotas que habíamos tenido.

En el camino de regreso pasamos un par de días en Zacatecas, que también tiene muchas cosas interesantes, no solo iglesias sino también la oportunidad de subir al “Cerro de La Bufa” desde donde se puede ver toda la ciudad; otra cosa fue la adaptación que hicieron de una plaza de toros que convirtieron en el Hotel Quinta Real. También disfrutamos de muy buena comida, un clima excelente y gente muy amable.

Sin duda alguna, este es uno de los viajes más memorables que he hecho, pasé mucho tiempo con mi familia, aprendí muchas cosas, me divertí y ahora que lo pienso, creo que sería una buena idea hacer un viaje como este ahora con mi esposo y nuestras dos hijas en un futuro no muy lejano.